Ya hacía mucho que no nos poníamos a rebuscar entre los cuartos infantiles para mostraros ese binomio tan simple y tan llamativo y bonito que nos ha traído el mundo nórdico. Nos referimos a las habitaciones infantiles en blanco y negro. Habitaciones con las que no se atreve todo el mundo pero que crean un contraste tan simple e intenso que resultan especiales.
De vez en cuando nos encontramos con habitaciones infantiles que vale la pena desgranar poco a poco fijándose en cada pequeño detalle. En este cuarto de Room to Bloom no queremos destacar ni el estilo ni sus mobiliario sino algo que parece secundario pero no lo es porque muchas veces marca la diferencia.
Teniendo en cuenta que los niños lo tocan y cogen todo puede no ser buena idea para un cuarto infantil pero sí para el del bebé ya que no se acercará a él. En todo caso también podemos hacernos con un cactus que parezca de verdad pero que sea de atrezzo para dar el toque étnico a todo sin que nadie pueda pincharse con él.
En este cuarto de Mommodesign el protagonista es ese asombroso armario en color negro que se puede pintar con tizas. Un todo en uno con mucha personalidad.
En Biggelaarverfenwand encontramos una muy bonita y con los detalles justos. El papel pintado en forma de árboles nos da la sensación de encontrarnos en un bosque de fantasía y si a eso le añades unos cuantos peluches de animales y un tipi para resguardarse tienes el bosque perfecto.
La combinación de colores sobria y elegante es a la vez divertida gracias al dibujo elegido con la casita el sol… Por cierto el material funciona también con efecto pizarra para que los niños tengan también un espacio creativo que tantísimo les gusta ¡y necesitan!
El cuarto infantil de hoy es un ejemplo de sencillez y originalidad a la vez. Para ser creativos no tenemos que añadir mil cosas novedosas sino un toque diferente para un cuarto único como han hecho en Heju. Este cuarto infantil ha sido renovado dejando mucho espacio para el juego pero con las zonas más funcionales posibles. Encontramos una cuna y una cama en lo alto por lo que es una habitación compartida y no falta la zona de estudio y los espacios de almacenaje.
Cerramos con un dormitorio de aire romántico y soñador. En él se combina el blanco con una serie de tonos pastel muy favorecedores entre ellos el violeta. Hay pocos elementos pero tampoco se necesita mucho más para crear un ambiente así de dulce y elegante. Por último a la suavidad de la paleta de colores se le unen un par de detalles rústicos que convierten la habitación en un lugar encantador.